Si nos preocupáramos más por tener una vida en armonía, en vez de ser tan avariciosos, en vez de pensar tanto en tener poder y ser mejor que los demás, el mundo estaría mejor, no habría tantas guerras y disputas entre países, no moriría tanta gente.
Si nos preocupáramos más por ayudar a las personas que lo necesitan y en crecer nosotros en vez de superar a otros el mundo sería de otra manera.
Vivimos en un mundo, donde la fama, el poder y el dinero son más importantes que el amor hacía otras personas u animales, que el respeto y la generosidad. Espero que algún día esto cambie porque sino al final el mundo se acabará, y no porque se apague el sol o se destruya por si solo, sino porque nosotros acabaremos con el mundo y sus habitantes.
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